Estoy a punto de coger las vacaciones, justamente mañana es mi último día de trabajo hasta mi vuelta, el 29 de agosto. Como estamos con las obras de la cocina (luego explico novedades), y el dinero no nos sobra, no teníamos pensado irnos a ningún sitio de vacaciones. Ni siquiera de camping, que era nuestra primera idea, ni al pueblo, que son muchos kilómetros y la gasolina está por las nubes...
Pensábamos hacer muchas excursiones por el campo, ir a la playa, adelantar la albañilería de la cocina... pero justamente a Alberto le han llamado para trabajar. ES UN NOTICIÓN ESTUPENDO, que el trabajo está fatal... pero es que justo va a trabajar únicamente en mis vacaciones. Del 1 al 20 de agosto! Mecachisenlamarserena!!! es que no vamos a poder siquiera ir a la playita un día entre semana!!!!! jopéeeeeeee!!!!! Bueno, quizá la última semana podamos hacer algo... espero!!
Pero sí, el trabajo es algo positivo y necesario, y como somos creyentes murphyanos, ya sabíamos que ésto iba a pasar.
Tampoco tendré la cocina en condiciones para experimentar, y en cierta manera lo prefiero, porque ya que no nos vamos fuera quiero intentar seguir la dieta, aunque tomemos de vez en cuando unos heladitos y algunas guarrerías más.
Pero vamos, tampoco sufro, ya buscaré entretenimientos (de hecho mi cabeza está trabajando a toda máquina y ya tengo algunas cosillas entre manos...)
Para los que estáis al tanto de mis dudas sobre las obras de la entrada anterior, deciros que hasta mitad de septiembre no tendremos la cocina, al final hemos optado por el silestone, pues forraremos también el frontal de la pared con él, y con la madera no es posible hacerlo. Así que a apretarse el cinturón!! jejeje. Éste será de la marca compac, porque me gusta más el modelo... color blanco alaska.
Y después de todos estos rollos que os he explicado hoy, os voy a hablar de un par de experimentos que he hecho, con no demasiado éxito, pero que seguro que vosotros, si os animáis a hacerlos, lo sabréis mejorar...
Con el afán de hacer cositas caseras totalmente lights, quise probar a hacer queso fresco en casa. Porque quesos de burgos sí que hay 0% MG, pero queso fresco no... y yo quería saber el por qué... Fue bastante desastrosa la prueba, la verdad. Además, lo quise acompañar de una mermelada de tomate sin azúcar, porque ya que me gusta tanto la mermelada de tomate, no debía estar mala con edulcorante. Queda mucho que mejorar, y además, no apunté cantidades, pero es un primer paso...
Para hacer el queso fresco... (la receta la saqué de aquí, pero la he modificado un poco. Aunque también miré en muchas otras webs, y las variantes con yogur, como ésta o esta otra de Pepekitchen creo que pueden resultar mejor...)
INGREDIENTES
-1 litro de leche desnatada fresca pasterizada (por ahí había leído que la leche desnatada no cuajaba, pero quería comprobarlo por mí misma... cuajar, cuaja)
-1 taza de buttermilk (que como yo no tenía, sustituí por un chorrito de leche con una cucharada de vinagre de vino blanco, que dejé cuajar unos 10 minutos aproximadamente antes de incorporarla a la receta)
-2 cucharaditas de jugo de limón o vinagre blanco (creo que al final agregué un poco más)
-2 cucharaditas de sal
-Utensilios: colador, tela o gasa esterilizada
PREPARACIÓN
-Ponerla leche a calentar a un fuego bajo, moverlo continua y lentamente para que no se queme.
-Cuando se vean burbujitas y la leche empiece a humear, unos cinco minutos después, agregar la buttermilk (o sustituto) y el zumo limón o vinagre y apagar el fuego.
-Mover lentamente, veremos que la leche se irá cortando y transformando en trocitos. Si en 30 seg. no se corta, se puede añadir más limón o vinagre.
-Dejar reposar 10 minutos.
-Mientras, poner un colador con varias capas de tela o gasa para escurrir.
-Transcurrido el tiempo de resposo, ir poniendo el queso en el colador, para que escurra. Dejar escurriéndose durante 5 minutos.
-Atar las gasas/telas donde está dentro el queso a una cuchara de palo, que pondremos colgado del colador para que en media hora suelte todo el suero (lactosuero). Cortar con unas tijeras la tela sin cortar el queso, y dejarlo caer... (yo lo estrujé un pelín con la mano, sin llegar a hacer el atillo, y ya vi que quedaba tan sequito que decidí no escurrirlo más. Además, me deprimí al ver la poquita cantidad de queso que había salido... snifff)
-Añadir sal y mezclarla muy bien con el queso, desmenuzándolo.
-Poner el queso ya con la sal en un recipiente (acababa de comerme un mini-quesito de burgos, y decidí aprovechar el envase para meter mi queso casero). Taparlo con film de plástico adherente y dejarlo toda la noche en la nevera para que adquiera más sabor.
Para acompañarlo, decidí probar con una mermelada de tomate, rápida.
INGREDIENTES
-1 lata de tomate pelado en conserva (o tomates naturales, siempre mucho mejor, pero yo estaba vaguísima)
-Edulcorante al gusto apto para cocina. Yo Natreen granulado. ATENCIÓN: algunos tipos de edulcorantes amargan al cocinarse, sólo se pueden usar para endulzar en frío o bebidas calientes (que no hirviendo).
-2 gotas de esencia de vainilla
-3 o 4 hebras de agar-agar o la puntita de una cuchara de agar-agar en polvo
(Como veis, las cantidades no están contadas, lo fui haciendo y rectificando a medida que lo iba viendo)
PREPARACIÓN
-Repasar uno a uno los tomates de la lata. Muchas veces queda algún resto de piel
-Chafarlos con un tenedor, así quedarán trocititos en la mermelada final (Si no gustan los trozos, pasar por la batidora)
En la panificadora:
-Echar los tomates chafados en la cubeta, con un poco de su líquido.
-Agregar edulcorante al gusto (depende de cada gusto y de la marca y tipo de edulcorante que usemos) y las gotitas de concentrado de vainilla.
-Conectar el programa de mermeladas, e ir comprobando la textura. Quizá haga falta añadir el agar-agar para espesarla... o quizá no. (Yo eché, y me pasé un poquillo...)
Al fuego:
-Echar todos los ingredientes en un cazo, colocar a fuego bajo e ir removiendo muy a menudo, para que no se queme.
-Agregar el agar-agar si vemos que no coge el espesor deseado (el edulcorante no ayuda a que espese la mezcla como lo hace el azúcar normal).
-Apagar el fuego cuando esté con la consistencia deseada.
Recién apagado del fuego podemos envasarlo en un bote de cristal limpio, esterilizado y completamente seco, y cerrarlo. Con el propio calor ya hará el vacío. Si no, también podemos hacer el vacío metiéndolo en el microondas, como lo hice en este vídeo a tiempo real.
Y el queso con la mermelada combinan divinamente...
ÑAM!!!
NOTAS
-El queso quedó excesivamente seco, quizá por la leche desnatada, por haberlo escurrido demasiado... el caso es que volveré a probar, con yogur. Hay unos yogures griegos 0% MG en el Día... :-)
-Sale muy poca cantidad de queso con un litro de leche, y muchíiiiiiiiisimo suero. El suero no se tira! puede servir para postres, panes... es la mar de nutritivo!
-Si me tengo que quedar con uno de los últimos experimentos que he hecho, me quedo con el queso de untar, por supuesto.
-Atención con los edulcorantes. Natreen explica aquí algunas cosas a tener en cuenta sobre cocinar con edulcorantes, por ejemplo, que si se va a cocinar a altas temperaturas, hay que añadir un 30% más de producto, pues algunas de las sustancias pierden su poder edulcorante.
-Con el tomate de lata la mermelada tiene un sabor muy mediocre. A la próxima lo hago con tomates gazpacheros, y seguro que quedará maravillosamente.
-Cuidado con el agar-agar, que espesa demasiado, y nos puede quedar luego una textura demasiado gelatinosa...
-La gelatina (como el edulcorante) también pierde sus propiedades, y a altas temperaturas no gelatiniza. Es por ésto que para espesar la mermelada se usa el agar-agar (en polvo o en hebras, ya que éstas también se deshacen con el calor), aunque el uso de éste no es imprescindible ni necesario.